La historia de la cerveza es considerada muy antigua, como la misma humanidad, desarrollada por los antiguos pueblos Elamitas, Egipcios y Sumerios de la Baja Mesopotamia, las evidencias más antiguas de la producción de cerveza datan de alrededor de 3500 a. C., algunos historiadores la ubican conjuntamente con la aparición del pan entre 10000 a. C. y 6000 a. C. ya que tienen una preparación parecida, a través de la fermentación del trigo. Según la receta más antigua conocida, el Papiro de Zósimo de Panópolis siglo III, los egipcios elaboraban la cerveza a partir de panes de cebada poco cocidos que dejaban fermentar en agua. Su cerveza fue conocida como “zythum”.
En el
famoso Código de Hammurabi, en la civilización Babilónica (1736-1686 a.C.), se
condenaba a los taberneros que estafaban a sus clientes con el precio del
producto. Esto revela la importancia que confería aquella cultura a la cerveza,
fueron los egipcios quienes comenzaron a utilizar la cebada para producir
cerveza. La convirtieron en la bebida nacional y descubrieron la malta, a la
que añadieron azafrán, miel, jengibre y dátiles para elaborarla, adoptaron el
método sumerio y la denominaron Zythos.
Los
restos arqueológicos más antiguos de producción de cerveza en Europa fueron
descubiertos en 1999 en el yacimiento de la Cova de Can Sadurní, en
el municipio de Vegas, Barcelona España, los restos hallados eran del neolítico
entre 5500 a 4000 A.C, por Manuel Benaiges, Pepa Villalba Ibáñez y Anna Blasco
Olivares, de la “Universidad de Barcelona” Sin duda alguna, este
hallazgo desplazó al que se creía como más antiguo descubrimiento de
elaboración de cerveza en Europa, ubicado en el yacimiento del Valle de Ambrona, dentro del municipio de Miño
de Medinaceli, Soria España, y que datan de 2400 A.C., según el trabajo arqueológico dirigido por el profesor Manuel
Ángel Rojo Guerra, también
se han encontrado evidencias arqueológicas de elaboración de cerveza en el
yacimiento de Genó, en Aitona Lérida, España, tras los trabajos arqueológicos,
dirigidos por el profesor José Luis Maya González, que han establecido que
estos restos arqueológicos databan de alrededor de 1100 A.C., los Celtas conocían
la elaboración de la cerveza y llevaron consigo este conocimiento cuando se
extendieron por la Península Ibérica, donde su uso y su elaboración se
desarrolló muy rapido.
Con el
paso de los siglos, sobre todo a partir de la Romanización, el Mediterráneo
se consolidó como una zona vinícola mientras que la cerveza se producía en
el norte y centro de Europa y adquiría la forma de lo que hoy se conoce por
cerveza. De esta manera, se extiende el uso de la malta como ingrediente
principal y se empieza a introducir el uso del lúpulo como
aromatizante y sabor característico, a la vez que favorece la conservación.
El año 1516,
el Duque Guillermo IV de Baviera redactó la primera ley
que fijaba qué se entendía por cerveza. Esta ley de pureza establecía
que solamente podía utilizarse agua, malta de cebada y lúpulo para elaborar la
cerveza, en cambio, en Inglaterra, Enrique
VIII prohibió el uso del lúpulo; prohibición que levantó su hijo Eduardo
VI, y que continuó por algún tiempo más en Escocia. Los cerveceros ingleses
tardaron mucho en aceptar el uso del lúpulo, en su momento se llamó “ale”
a la cerveza sin lúpulo y “beer” a la cerveza con lúpulo.
La cerveza empezó a recuperar su presencia social
en España a partir del reinado de Carlos I, que trajo consigo maestros cerveceros de Alemania. Para
entonces, la cerveza era un producto de temporada. No se sabía conservar y con
el calor perdía toda su fuerza. La cerveza llamada “lager”, recibe ese
nombre por su posibilidad de almacenamiento, se elaboraba en otoño, para ser
consumida en primavera, la fermentación baja y a baja temperatura favorece la
conservación, En realidad iba fermentando lentamente mientras estaba
almacenada, actualmente las cervezas, incluso las de alta fermentación, son
almacenables y llevan fecha de caducidad que alcanza unos tres años, “lager”
ha sufrido un cambio semántico, y ha pasado a significar cerveza de
fermentación baja.
Cuando los romanos toman el Mediterráneo, su diosa
de la agricultura, Ceres, da el nombre a los cereales y la bebida obtenida de
su fermentación. La Ceres-Vis o “Fuerza de Ceres” era elaborada entonces con
trigo, cebada, avena o centeno, y era endulzada con miel o amargada con ajenjo,
En la expansión del imperio romano, Julio César (100-44 a.C.) observo a los
belgas ingiriendo el ambarino líquido, y ya en la edad media se representa a
Carlomagno, conocido como “el rey de la cerveza”, con una amplia sonrisa y una
copa en la mano, es a Gambrinus, su maestro cervecero, a quien se le atribuye el descubrimiento
del lúpulo, planta trepadora de cuya flor se obtienen compuestos aromáticos y delicado
sabor amargo, los cuales ayudan a preservar la cerveza y le confiere su
agradable sabor y aroma característicos.
Durante
el Renacimiento surge la cerveza blanca, con tres grandes centros de
fabricación: Hamburgo, Berlín y Hannover. Desde Europa pasó a América y se expandió
por todo el continente, Posteriormente, sucede un hecho vital en la historia de
la cerveza: Pasteur identifica y descubre las levaduras y consigue evitar
la presencia de bacterias mediante la elevación de la temperatura, después de
la fermentación. Gracias a este proceso y a otros avances se consigue que la
cerveza adquiera estabilidad y se pueda fabricar en cualquier época del año y
pueda además ser trasportada en óptimas condiciones. La cerveza es, un producto
de diferentes tipos, sabores y tradiciones, que une a todo aquel al que seduce.
La posibilidad de
conservación de la cerveza se debe no tanto al invento de las neveras
eléctricas, sino de conservantes distintos del lúpulo y a la posibilidad de
elaborar a gran escala y con facilidad envases herméticamente cerrados, las botellas
hechas en serie aparecen en el siglo XIX, antes se fabricaban a soplete, la
cerveza enlatada comienza en 1933 en Estados Unidos, tras la abolición de la
ley seca, los barriles de cerveza han desaparecido prácticamente, no se puede
hablar de industria cervecera hasta el siglo XIX, cuando empiezan a
aparecer pequeñas fábricas ya industriales. La primera fábrica de cerveza en España fue
abierta en 1864 por Louis Moritz, Barcelona. Y la siguieron marcas como La Salve Bilbao 1886, Mahou 1890, Cruzcampo
1904 y Estrella
Galicia 1906.
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